jueves, 29 de noviembre de 2012

Mis recuerdos infantiles con los cromos

Delicada mano con flor y Ángel
Mis recuerdos se trasladan al corredor y el patio de la casa donde viví parte de mi infancia. También, en la acera de la calle junto al portal de entrada de la finca, sita en San Bernardo 25, en pleno corazón de la Viña en Cádiz, mi ciudad, llamada también la Tacita de Plata.
Figuras asiáticas

Las niñas y yo jugabamos a los cromos de varias maneras, cada una apostaba cierta cantidad de cromos que poniamos en un montoncito unos encima de otros, los doblábamos por la mitad, los poníamos en cualquier superficie plana, y, con la mano ahuecada dábamos un golpe seco en el suelo, mesa, etc. y con el aire que producía ese golpe seco se volteaban los cromos. Ganábamos los que mostraban su parte blanca, osea el reverso de los cromos.
                                                   Mariposas y flores


Había otras muchas formas de jugar con ellos. Una de ellas era buscar una altura para echarlos al suelo. Podía ser contra una pared, el filo de una mesa, silla el borde de un pozo de los que solían haber en las fincas antiguas donde vivíamos, etc. Siempre cuando caían mostrando su parte blanca los ganábamos. Era una alegría bulliciosa la que teníamos al ganarlos, era una fiesta para quién ganara.


Parejas en barca y frutas
                                      
Son recuerdos entrañables que me acompañarán siempre... Lo más tierno de esos recuerdos eran las llantinas y rabietas que cogía cuando perdía mis queridos y preciosos cromos. Todos y cada uno de ellos eran muy especiales para mi porque quién me los compraba era mi madre.

Me traslado a esos tiempos infantiles en los que jugaba con las niñas en el patio de mi casa y no puedo evitar una sonrisa...¡Dulce, inocente, y bendita infancia!.

Cromo con atracciones del circo
Hoy día, siendo ya una señora de mediana edad, sigo conservando esa aficíón entrañable y bonita, conservando y aumentando mi colección siempre que puedo. Mi pena es que cada vez se ven menos y quedan menos sitios donde comprarlos.

martes, 27 de noviembre de 2012

Los cromos en la antiguedad

El coleccionismo, para mi significa poseer acaparando en mayor o menor medida cosas, objetos que queremos y que nos gusta rodearnos de ellos porque nos trasladan a la mayoria de nosotros ( por no decir a todos ) de manera nostálgica a tiempos pasados, sobre todo a nuestra infancia.
Clases de aves


¿ Quién no ha sido coleccionista de cromos alguna vez en su infancia?. Se solían comprar, pero también los intercambiábamos cuando teníamos alguno " repe".




Figuras medievales
                                      

Los cromos no sólo son asociados a la infancia y adolescencia, también hay adultos que cultivan la afición del coleccionismo con cromos, sellos,o cualquier objeto. La afición a coleccionar es algo que nos afecta a todo el genero humano en cualquier etapa de nuestra existencia.



Cromo de bebes

Ángeles con arpa y violín
 Los cromos, junto al juego de la cuerda, el aro, el escondite la gallinita ciega,la lima, las muñecas y los cacharritos hacían que nos relacionáramos las niñas/os. Aparte de ser un nostálgico juego, un instrumento de ocio, tenía también algo de cultural en cuanto al intercambio e intercomunicación entre la infancia y la adolescencia, o sea, era también un instrumento social.


Dama antigua