Caminar adentrándome en el ¨bosque¨ de mis recuerdos de infancia es algo mágico. Poder revivir con la misma o mayor ilusión aquella tierna etapa de mi vida, aún siendo ya ¨chiquicientos¨ años mayor.
Ángeles |
Años, en los que me he enriquecido personalmente con las lecciones que nos da la vida según vamos creciendo. De aquella niña rubia y larguirucha con calcetines (a veces comidos por sus zapatos), echo muchísimo de menos su candidez, su ingenuidad e inocencia... jugando y disfrutando tanto con sus amigas a los cromos, sus queridos tesoros de papel.
Ramilletes de flores |
En nuestros juegos no podían faltar los trabalenguas, y muestra de ellos son los que os cito aquí:
Trabalenguas
¡Qué triste estás, tristán,
con tan tétrica trama teatral!.
¡Y qué genio tiene el ingenuo Eugenio!.
Come poco coco como,
poco coco compro.
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